El otoño pasado casi perdemos la mesita-pedestal, que estaba en una de las salas de la planta baja del Centro. Uno de nuestros invitados la había roto accidentalmente, separando el pedestal de la tapa. La llevamos a ‘Emaús’, que es una organización caritativa internacional, que recoge artículos usados para revenderlos, y también tiene un taller para reparar los objetos dañados. Esperábamos que de alguna manera la encontraríamos de nuevo después de haber sido reparada. En noviembre pasado, mientras paseábamos por la ciudad, pasamos por la tienda de reventa de Emaús y en el aparador vimos nuestra mesa-pedestal y la compramos por 25 euros. Habían sujetado sólidamente el pedestal a la tapa. ¡Realmente fue un regalo de San José!