Los valores y la disciplina de la vida religiosa nos han permitido adaptar nuestra vida a la cuarentena, a la vez que tratamos de mantenernos en buena salud y en seguridad. Hemos establecido una vida cotidiana con mucho tiempo y espacio para rezar, leer, estudiar el idioma, escuchar música, ver películas e información en línea, y dar mantenimiento al Centro. Comemos juntas y cada una de nosotras prepara la comida principal cada dos días. Asistimos a las Misas televisadas y vemos las noticias. El terreno que rodea el Centro nos proporciona un espacio para pasearnos y disfrutar de la naturaleza. Nuestro mayor acontecimiento es comprar los comestibles en el "Drive" de la tienda Súper U, actividad que hacemos cada quince días, más o menos. Aunque en Francia se piensa "reabrir" el 11 de mayo, hemos decidido quedarnos en casa lo más posible.
En el ‘Drive’, un empleado de Súper U pone los comestibles en la cajuela del coche.